viernes, 1 de junio de 2018

All you need is Rome

Yo pensaba que el amor era una terquedad, una obstinación de mis deseos racionalizados, a puro sexo, a puro dolor. Hoy que escribo estas confesiones ultrajadas en la madrugada, la que anoche me curo la fiebre, hoy me perdona la torpeza, de cortejarla para cogerla y amarla sin querer. Amarla como Roma a la riqueza. Amarla como un Cesar antojado de sangre, ama las guerras. Cuan lejos puede llegar un hombre con una bella dama que lo ama como el oro a Roma y la sangre los pies del Cesar.

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