domingo, 8 de octubre de 2017

Hasta que volvamos a pangea

Me gritó para romper las claridades
El odio la despeina, la anochece,
la vuelve de mentira, la devuelve siempre tarde.
Como una bandera que no le pertenece
ni a Dios ni a mi madre ni a mi patria.
izada en la vereda que no da el sol,
canto porque hablando no me entiende,
no me quiere, no me llora, no me extraña.
Cantando quizas me confunda en su memoria
con algun calor que le devuelve la risa,
esa que tira para adentro, como un carro
como golpes al agua, como infante hambre
que no se calma de grande, ni de viejo, ni en la muerte.

La patada original

Nos erigimos tirando patadas
Sin patear no se acomoda nada
Patear disimula el amor
Pateamos las cosas con fe,
de arrastrar lo lo mas lejos posible,
lo que nos da miedo cuidar.
Alla en un plano opuesto,
caminara como en mis primeros sueños.
En una calle angosta de casas iguales,
recubierto de felpa,
sin poder distinguir el sueño del dormido.
La felicidad sin el tiempo que lleva ser feliz,
recibe el beso y la traicion,
como el cesped la moneda que decide
para que lado vamos a patear.

Tuli-pan on sunday

Yo se señora, que usted es muy decente!
Pero dejeme sostener la duda,
la fe que sostiene deliciosas patrañas,
cuando no salimos de casa ni para beber.
Asi enroscamos los brazos para no matarnos,
con todo el cuello apretado, sin aire,
a punto de morir por una promesa
que cumplirla es mas barato que extrañarte.
Por eso hice una que pueda cumplir,
una que me guarde de mis fabulas,
una que recuerdes en otras camas,
que me lleve a una floreria, bien lejos!
Con lluvia y sombreros de papel,
para comprarte tulipanes los domingos.