pero no debe atravesarlas,
vertical e histrionicamente, a cada una de ellas.
Se lo debe observar como a un niño
indefenso que necesita de uno para vivir
y uno lo necesita para amar
se lo debe estrujar como a una rejilla
y ponerlo al sol para secarlo
se lo saca a pasear para conocer gente
y se lo guarda, cuando no se duerma solo...