sábado, 17 de febrero de 2018

Margaret

Con las palabras que no puedo escribir,
hare con las pocas que me consuelan,
una broma de mi arte presumida.
Una almohada para dormir sin ella.
Un odio que se hace escrupulos, culpa antigua
cuando pone en duda mis delirios,
embrionarios castigos, capullos asquerosos,
que rompen en minutos y vuelan,
agitan montruosos, hasta que dejen este plano,
obviamente si ella los ahuyenta..
Porque se metio en mis celulas,
en mi cabeza, que se parece a una parra,
que desangra con el sol, moradas golosinas salvajes.
A eso me recuerda, a la parra de margarita.
En ballester, en esa curiosa e indescifrable sombra
que me cuidaba, me daba el calor necesario,
para que las palabras que oia, pierdan la guerra.
La curiosidad toda, los deseos reprimidos,
colgaban su curso en esas fruta mas dulce que el azucar
Mas calma que si tuvieramos memorias testiculares.
Piensen si recordaramos desde que estabamos ahi,
buscando algo para abrazar y crecer,
para buscar la parra de margarita toda la vida.
Y volvio, y esta aqui fumando...