Es tal el desconcierto que ya no hay dudas
Derretido como el cirio en abril
aconsejo a los borrachos que no olvidan
Sapos en grises oleos, invaden los jardines
Mareas que se comen el asfalto
y yo desde los balcones lloro por la belleza
por los miedos y por tus piernas
que iluminan camas que no son nuestras
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