domingo, 7 de enero de 2018

Bodegon, aquelarres en curda.

Las historias que se cuentan en lunas,
son felices, las demas dormiran solas.
Despertaran en el cuarto dia de cualquier insonmio,
en alguna tocecita, de jarabes alquimicos,
sobre el estaño, en las vetas de la madera
donde el humo, la tierra que traen en prendas
se funden en hipnoticos surcos.
Los miro en cada mesa y se que estuvieron
mis abuelos, mi padre, algun otro ,
que acodados juntos, al caer la tarde,
ahuyentaran la mosca fiel a la carne muerta.
Musculos predecibles, entregados al alcohol
Barbas nicotinas flamean con el mareo
Ojos aplacados, bamboleando con el vals de rojas mejillas
agitadas por la risa, de la tortuga que sostiene al mundo.

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