Entramos una noche larguisima a la casa de Gabriel. Los escalones parecian la espiral del derrotero nefasto. Entre el polvo y el humo en un frondoso rincon, de mugre vieja, en arrastrada escritura (o quizas lo imagine corrigiendo la humedad) decia:
puta mi noche y puta luciana
por puta no entiende mi suerte
que por puta infamia llorara por siempre
puta fiebre y puta culpa evidente
puto corazon se vende por puta suerte
hijo de puta sere por la puta gente
que le dice puta a mi amor naciente
hijo de puta sera mi hijo, alta la puta frente
siempre putas que hamacan putas penas
siempre seremos putas
mientras vengamos de conchas ardientes
puta verguenza de putas mentiras
en el puto odio de de toda la reputisima vida.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarAh sí, me olvidé de decir que se ve que tenés una tendencia a escribir mediocre como en tus Youtube comments.
ResponderBorrarSi totalmente, es mediocre. Ahora que dejamos de hablar de generos capaz podamos entendernos. Gracias por leer igual, y perdon por no satisfacerte.
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